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Ganancias ante todo: la clase gobernante alemana pone fin a la "situación nacional de pandemia" a pesar de récord de contagios

La principal arteria comercial de Fráncfort, Alemania, el miércoles 10 de noviembre de 2021 (Foto AP/Michael Probst)

Con su política criminal ante la pandemia de ganancias por encima de la vida, la clase gobernante en Alemania ha creado un repunte de casos que sobrepasa la catástrofe del invierno pasado cuando murieron decenas de miles de personas. En los últimos tres días se ha venido reportando a diario de un nuevo récord de incidencias por cada 100.000 habitantes: 201 el lunes, 214 el martes y 232 el miércoles. El número de nuevos contagios diarios también alcanzó un nuevo alto absoluto de 39.676 el miércoles. El jueves, hasta alcanzó los 50.196.

La cifra de muertos también está subiendo enormemente, y se acerca rápidamente al impactante hito de las 100.000 víctimas de coronavirus. El miércoles, el Instituto Robert Koch (RKI) informó de 236 nuevas muertes y el jueves de nuevo 235. Esto lleva el número total de la gente que murió de COVID-19 a 97.198, según el RKI. Es probable que la cifra real sea mucho más alta, como en otros países, y se podría duplicar en los meses venideros.

Hablando en el más reciente episodio del podcast Coronavirus Update del presentador NDR, el principal virólogo del hospital Charité de Berlín, Christian Drosten, advirtió el martes de otra oleada de muertes masivas. Si no se adoptan ahora medidas más severas, estima de manera conservadora que se esperan hasta 100.000 muertes más en Alemania. Su proyección está informada por la experiencia de Reino Unido con una tasa de vacunación similarmente alta, pero significativamente más contagios y muertes en los meses recientes.

La situación en los hospitales ya ha llegado al límite. El martes se informó de 1.364 altas hospitalarias relacionadas al COVID-19, según el RKI. Un total de 2.687 casos de COVID-19 estaban en cuidados intensivos. En Estados y distritos particularmente afectados, ya casi no hay camas disponibles en cuidados intensivos. Según el Registro Divi de Cuidados Intensivos, las unidades de cuidados intensivos de 21 municipalidades bávaras están ocupadas al completo. La situación es igualmente dramática en partes de Sajonia y Turingia.

En las escuelas, la situación es catastrófica en todo el país. Desde que los respectivos gobiernos estatales, con el apoyo del sindicato docente GEW, reabrieran las escuelas casi sin medidas de seguridad y prevención, masas de estudiantes y docentes están siendo infectados con el virus mortal. Según cifras actuales de la Conferencia Permanente de Ministros de Educación y Asuntos Culturales de los Länder (Estados federales, KMK), ha habido cerca de 23.000 casos confirmados de coronavirus entre niños y 1.800 entre docentes en escuelas en las últimas semanas. Solo la semana pasada, cerca de 54.000 estudiantes estuvieron en cuarentena junto a más de 1.000 docentes.

En grandes partes de Europa, la situación es funesta también. Sin embargo, la clase gobernante alemana sigue fiel a su plan de dejar que caduque la declaración de “situación epidémica nacional” el 25 de noviembre, eliminando la base legal para medidas protectoras uniformes a nivel nacional. Desde marzo de 2020, el Bundestag (parlamento federal) había estado extendiendo regularmente la “situación epidémica”. Eso ahora se va a acabar.

El jueves, el ministro de finanzas en funciones y canciller designado Olaf Scholz (Partido Socialdemócrata, SPD) presentará un nuevo borrador de ley por la coalición SPD-Partido Verde-Liberales Demócratas (FDP) para reemplazar las previsiones anteriores. Según noticias de los medios, incluye planes para una regla 3G (vacunado, infectado anteriormente o con test negativo) en el lugar de trabajo, además de la posible reintroducción de tests rápidos gratuitos. Aunque se implementaran estas medidas mínimas, no interrumpirían la difusión explosiva de los contagios.

Debido a la baja tasa de vacunación del 67 por ciento, cerca de 27 millones de personas, incluyendo a todos los niños menores de 12 años, están completamente desprotegidos contra el virus. Para agravar la situación está el riesgo creciente de primeras infecciones entre los vacunados. Según el informe semanal más reciente del RKI del 4 de noviembre, se han registrado 145.185 probables primeros contagios de vacunados desde febrero. Solo 2,2 millones de personas han recibido una tercera dosis de refuerzo.

El principal objetivo del proyecto de ley de la coalición es impedir las medidas que serían necesarias para contener la pandemia, eliminar el COVID-19 y salvar vidas. “Medidas muy drásticas —como un confinamiento, como el cierre total de las escuelas, como cerrar restaurantes, como cerrar el turismo— ya no son proporcionadas en nuestra opinión”, explicó Dirk Wiese, uno de los dirigentes adjuntos de la bancada del SPD en el parlamento.

Wiese resumía así no solo la posición de la coalición “semáforo”, sino la de toda la clase gobernante. El impulso por acabar con la “situación de pandemia” originalmente vino del conservador ministro de sanidad saliente en la gran coalición, Jens Spahn. El plan es apoyado por el ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) así como por el partido La Izquierda, que, allí donde gobierna con el SPD y los verdes —como actualmente en Berlín, Bremen y Turingia— promueve activamente la política del contagio masivo deliberado.

“Según nosotros, hay que impedir bastante urgentemente un nuevo confinamiento”, dijo Dietmar Bartsch, dirigente de la bancada parlamentaria de La Izquierda en el Bundestag, en una conferencia de prensa el miércoles. Dijo que solo podría esperar “que con el nuevo gobierno haya diferentes acciones. Algunas de las medidas que están recogidas en la ley serán bienvenidas por nuestra parte, especialmente en lo que se refiere a los derechos de los trabajadores”.

¿A quién toma Bartsch por tonto? La coalición “semáforo” representa los intereses de los trabajadores tan poco como el propio partido La Izquierda. Esto es particularmente claro en relación con la política ante la pandemia. Con su decisión de terminar oficialmente la “situación de pandemia nacional”, el SPD, FDP y los Verdes están indicándole a la clase gobernante que impulsarán los intereses del capital financiero de manera aún más despiadada de lo que lo hiciera jamás la saliente gran coalición.

La coalición “semáforo” no esconde los intereses que determinan sus políticas. La consigna de la clase gobernante es: Ganancias über alles!

En sus conversaciones de tanteo para formar una coalición, el SPD, FDP y los Verdes ya se han comprometido a mantener el techo de deuda y plantearse el objetivo de incrementar la “competitividad de Alemania como localización para negocios”. La coalición “semáforo” se está dando así el cometido de extraer de la clase trabajadora las enormes sumas que fueron canalizadas hacia las grandes corporaciones y los bancos mediante los paquetes de rescate por el coronavirus el año pasado.

También hay en juego objetivos geoestratégicos y económicos. Quieren “asegurar que Europa salga de la pandemia económicamente más fuerte sobre la base de finanzas públicas sólidas y sostenibles”, como escriben los socios de la coalición “semáforo”. Esto incluye “futuras misiones alemanas en el extranjero”, así como “más cooperación entre los ejércitos nacionales europeos”.

Esta agenda en los intereses del capital financiero y las aspiraciones a potencia mundial del imperialismo alemán no deja lugar a las medidas científicamente necesarias para contener o incluso eliminar el virus. Esto implicaría confinamientos generalizados —en primerísimo lugar en las escuelas, universidades y negocios no esenciales— junto a la vacunación, tests masivos y el aislamiento de las personas contagiadas y sus contactos.

El World Socialist Web Site y el Comité Internacional de la Cuarta Internacional han estado haciendo hincapié desde el principio en que la lucha contra la pandemia no es simplemente una cuestión médica, sino también política. Ya en abril de 2020, el Sozialistische Gleichheitspartei (SGP, Partido Socialista por la Igualdad) advirtió en una declaración:

La clase gobernante tiene por objetivo hacer de la pandemia el “estado de cosas normal”, es decir, acostumbrar a la población a la idea de que las muertes continuarán en el futuro previsible. Que los trabajadores tengan que aceptar esto como inevitable. Por eso las noticias sobre el número de muertos en las noticias están siendo relegadas cada vez más.

Hay una feroz lógica de clases tras estos esfuerzos. Se trata a los trabajadores como a un tipo de mercadería desechable. Se considera su muerte como parte normal de la generación de ganancias. Los que sucumben al virus pueden ser reemplazados.

La clase trabajadora no permitirá que se acepten las muertes masivas como un “estado de cosas normal” social. A escala mundial, hay un horror y una resistencia crecientes a una clase gobernante que camina sobre montañas de cadáveres en defensa del sistema de la ganancia capitalista. Los Partidos Socialistas por la Igualdad están luchando en todo el mundo por transformar las huelgas y protestas crecientes en un movimiento internacional por el socialismo equipado con el conocimiento científico, histórico y político necesarios para poner fin a la pandemia.

(Publicado originalmente en inglés el 11 de noviembre de 2021)

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