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Trump, acompañado por funcionarios republicanos, da una diatriba fascista en los Iowa State Fairgrounds

Nueve meses después de su intentona golpista del 6 de enero, expresidente Donald Trump, bordeado por funcionarios de alto nivel del Partido Republicano, dio una diatriba fascista de casi dos horas en los Iowa State Fairgrounds en Des Moines el sábado frente a una multitud de unos miles de sus defensores ultraderechistas.

El discurso de Trump fue el inicio no oficial de su campaña presidencial de 2024. Antes de y durante el discurso, miembros de alto nivel del establishment del Partido Republicano dieron la bienvenida a Trump, confirmando que el partido derechista está siguiendo con su transformación en un partido fascistizante bajo la dirección personalista de Trump, con milicias paramilitares como los Proud Boys y los Oath Keepers sirviendo como auxiliares armados.

En esta foto del 5 de diciembre de 2020, presidente Donald Trump habla en un acto de campaña (Foto de AP: Evan Vucci, Archivo)

Mostrándose a la oligarquía financiera como un baluarte contra el socialismo y el salvador del capitalismo, Trump comenzó su discurso por agitar contra los inmigrantes, absurdamente afirmando que Biden estaba siguiendo una política de “fronteras abiertas” y facilitando una fuerza de invasión de “pandillas violentas y cárteles de droga”.

Manteniendo el tema de un país sitiado, Trump chifló: “Después de solo nueve meses de la presidencia de Biden, criminales violentos y pandillas sanguinarias toman el mando de nuestras calles. Extranjeros ilegales y cárteles de droga mortíferos toman el mando de nuestras fronteras. La inflación toma el mando de la economía, China toma el mando de nuestros trabajos, y el Talibán ha tomado el mando de Afganistán, izquierdistas maníacos están tomando el mando de las escuelas y socialistas radicales están tomando el mando de nuestro país. No vamos a permitir que eso suceda”.

La gobernadora de Iowa Kim Reynolds y senador Chuck Grassley dieron sus propios discursos antes de la aparición de Trump. Durante su discurso, Trump llamó a Grassley al escenario y ostentosamente respaldó la campaña del senador por un octavo período en las elecciones de 2022.

El senador de 88 años Grassley aceptó la aprobación del hombre al que había condenado más temprano durante este año por abogar “a su propio vicepresidente leal, Mike Pence, que tomase unas acciones extraordinarias e inconstitucionales durante el conteo de votos del Colegio Electoral”. Grassley adoptó un tono muy distinto por la noche el sábado. “Si no aceptara el apoyo de una persona a quien 91 por ciento de los votantes republicanos de Iowa apoyan, no sería muy listo”, bromeó.

La aprobación de Grassley de Trump vino después de la emisión de la semana pasada del informe provisional del Comité de Asuntos Judiciales del Senado sobre la invasión del 6 de enero del Capitolio. El informe detalla los varios esfuerzos criminales por parte de Trump de reclutar al Departamento de Justicia en su lucha por derrocar los resultados de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre de 2020, las que él perdió por un margen ancho al candidato demócrata Joe Biden.

Grassley, el republicano alto del Comité de Asuntos Judiciales del Senado, emitió un informe en contra que eligió cuidadosamente de las conversaciones por email, las declaraciones en el Congreso y los documentos confidenciales voluminosos, publicados en el informe de la mayoría, y divorció los pasajes elegidos de su contexto amplio para afirmar que Trump no había hecho nada malo. Según Grassley, los esfuerzos de Trump de presionar a funcionarios electorales y abogados del Departamento de Justicia eran una respuesta legítima a “reportes de delitos”.

Enfrentando una ola creciente de huelgas y protestas por trabajadores que responden a la política homicida de la clase dirigente de “inmunidad colectiva” así como la inflación creciente y el enriquecimiento de los especuladores pandémicos, secciones sustanciales de la clase gobernante están dejando atrás cualquier pretexto de la democracia y adoptando el fascismo bajo el estandarte de “América Primero” y “Hagan que América se mejore”.

Grassley y Reynolds los dos en sus propios discursos usaron frases de la retórica fascistizante de Trump, especialmente respecto a los inmigrantes. Grassley declaró que bajo Biden el país no tenía “ninguna frontera” con México, mientras Reynolds atacó a Biden y vicepresidenta Kamala Harris por no visitar la frontera.

En su discurso, Trump volvió al tema de la inmigración varias veces, mientras atacaba el proyecto de ley de asistencia social y cambio climático “Volver Mejor” que es totalmente insuficiente y rápidamente va bajándose, como “una ola de gastos radical de la izquierda para acabar América como es actualmente”. Trump afirmó que el proyecto de ley, que no hace nada para poner en riesgo las fortunas de los oligarcas corporativos, causaría una “transformación socialista” del país.

Trump dedicó la mayoría de su discurso a reiterar las afirmaciones injustificadas de que las elecciones fueran fraudulentas. “Les digo”, dijo él, “la cuestión de mayor importancia, sin importar lo mal de la frontera… es la cuestión que gana el mejor impulso, la cantidad mayor de respeto, las aclamaciones más fuertes, es hablar sobre el fraude electoral de las elecciones presidenciales de 2020”.

Más temprano esa semana, Trump, afirmando ejercer el privilegio ejecutivo, ordenó que sus cuatro cómplices principales se negasen a cumplir con las citaciones emitidas por la Comisión Selecta de la Cámara de Representantes que investiga la intentona golpista del 6 de enero. Uno de los cuatro, exeditor de Breitbart y exasesor especial de la Casa Blanca, Steve Bannon, anunció su desafío de la citación. En uno de sus podcasts diarios llamados “Sala de Guerra”, afirmó que él tendría 20.000 “soldados de choque” preparados para “tomar el mando del estado administrativo y deconstruirlo” cuando los republicanos recuperaron el Congreso en las elecciones de 2022 y la Casa Blanca en 2024.

En una carta enviada al archivista oficial de los Estados Unidos, David Ferriero, y reportado por Politico, Trump escribió que la información que el comité buscaba contenía información protegida por “el privilegio ejecutivo y otros, incluyendo aunque no sólo, las comunicaciones presidenciales, el proceso de deliberación, y el privilegio de abogado-cliente”.

“Si el comité persiste en buscar otros pedazos de información protegida, tomaré todas las medidas necesarias y apropiadas para defender la Presidencia”, escribió Trump.

El hecho de que Trump, así como sus cómplices y operativos republicanos, pueden ignorar las exigencias del comité, evitar la prosecución por el golpe del 6 de enero y seguir cultivando y construyendo abiertamente un movimiento fascista es enteramente a causa de la cobardía y la complicidad del partido simbólico de oposición, los demócratas.

Los demócratas, que tienen obligaciones a la misma oligarquía financiera y sistema capitalista que los republicanos, así como sus varios complementos pseudoizquierdistas, se concentran enteramente en bloquear y suprimir el crecimiento de oposición política y social hacia su agenda de clase de la explotación sin piedad y la “inmunidad colectiva” domésticamente y la preparación de un “conflicto entre grandes potencias” contra China.

Por eso Biden sigue abogando por la “unidad” con los republicanos, mientras ellos se solidarizan más firmemente con Trump. Hablando la semana pasada en Míchigan para promover su plan de “Volver Mejor”, regañó a sus “amigos del otro equipo” por oponerse a aumentos tributarios simbólicos a los ricos.

Al mismo tiempo, los demócratas y los medios de comunicación alineados con el Partido Demócrata, encabezados por el New York Times, siguen encubriendo el significado y la magnitud de la intentona golpista del 6 de enero y el papel de operativos de alto nivel de la policía, el ejército y el aparato de inteligencia en el impulso hacia el establecimiento de un régimen dictatorial.

El viernes, la representante demócrata Zoe Lofgren, una miembro de la Comisión Selecta de la Cámara de Representantes que investiga los eventos del 6 de enero, dijo a National Public Radio que el panel todavía no había recibido ningún “informe escrito” de unos cómplices de Trump, exjefe de personal de la Casa Blanca, Mark Meadows, exsubjefe de personal del departamento de comunicaciones de la Casa Blanca, Dan Scavino, o de Kashyap Patel, que era el jefe de personal del exsecretario en funciones de Defensa, Christopher Miller, aunque todos han recibido citaciones emitidas por la comisión.

Hablando con Politico, el presidente de la comisión, demócrata de Misisipi, Bennie Thompson, dijo que querría que la comisión concluyera su “investigación” para la primavera que viene, algo que daría más que el tiempo suficiente a los cómplices de Trump para oponerse a las citaciones en las cortes sin tener que atestiguar. La comisión sólo ha tenido una reunión pública desde su formación el 1º de julio, constando enteramente de testimonio de oficiales policiales que fueron atacados por los insurrectos de Trump el 6 de enero. No ha fijado ninguna otra audiencia ni reunión.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 10 de octubre de 2021)

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